Este era el campamento donde se encontraba la concentración policial en Crucitas,sin embargo, ahora se encuentra así.  

Desde el 14 de julio de este año el ministro de seguridad, Mario Zamora, indicó que abandonaban el lugar por diversas razones.

Pero, fuera de cámaras el administrador de la finca VIVOYET, Greivin Rodríguez, comentó a TVN Noticias que está propiedad no se ha vendido y tampoco solicitaron el desalojo, al contrario, recibieron este correo donde les señalaban que debía hacerse la entrega oficial por una orden presidencial.

Entre las promesas del ministro hacia a los vecinos destacan el patrullaje constante y una vigilancia perimetral en las 980 hectáreas de la finca privada luego de dejar este campamento.

Para sus habitantes eso solamente quedó en palabras y no hechos.

Precisamente, durante un recorrido realizado por TVN Noticias el martes 8 de agosto desde las 10:00 am hasta las 4:00pm, no logramos observar presencia policial en la zona conflictiva ni alrededores.

La ausencia policial nuevamente atemoriza a los vecinos de Crucitas y comunidades aledañas.

Insisten en que, no todos los coligalleros son malas personas, pero hay quienes aprovechan el descontrol para cometer sus delitos.

Don Ángel y su familia fueron víctimas de esa inseguridad y temen nuevamente pasar por eso, por lo que piden el regreso de más policías.

Aún recuerda con temor las tres ocasiones en las que atentaron con su vida para robarle el dinero de su negocio.

Así mismo sucede con la escuela las Crucitas, donde alguna vez dejaron vacío el comedor y daños considerables en el centro educativo donde asisten seis estudiantes.

Hay quienes, por el contrario, alaban la escasa presencia policial, sin embargo, piden que los policías que sean enviados a la zona hagan de forma correcta su trabajo, ya que algunos fueron denunciados por abuso de poder.

Los coligalleros se defienden y aseguran que no son ellos quienes cometen delitos y provocan inseguridad, si no otros grupos que se dedican a eso y aprovechan la enorme cantidad de personas que hay en el sitio.

La mayoría de los coligalleros llegó desde nicaragua con la esperanza de ganar dinero y ayudar a sus familiares.

Aquí cada día se las ingenian para comer, dormir y trabajar en un mismo lugar.

No importa el clima, ya sea con bajo el sol o lluvia igual se trabaja.

A la fecha, Crucitas podría albergar más de mil personas y sigue siendo tierra de nadie, algunos ya armaron sus ranchos dentro de la propiedad privada para tener un lugar donde dormir.

El único objeto para muchos es sacar oro incluso, por encima de la ley y de su propia vida.