Esta debería de ser la realidad de muchos niños en el mundo, lejos de peligros y enfermedades, siendo felices y a salvo por sus familias.

Sin embargo, cada uno de ellos no tuvo esa oportunidad y su historia es otra.

A tan corta edad ya se enfrentaron a los peligros que envuelve la selva en el Tapón del Darién en Panamá, incluso, es difícil creer que la mayoría llegaron a salvo hasta este puesto fronterizo en Lajas Blancas.

El ánimo en la mayoría de estos niños es de admirar, le sonríen a la vida, aunque pareciera que esta les dio la espalda a ellos.

Extrañan sus amigos, juguetes, cuartos y objetos personales, aquí nada es de nadie, al contrario, es de todos.

Según la unicef para américa latina y el caribe, el tránsito de menores que atravesaron el darién en lo que llevamos de este 2023, superó las cifras del 2022.

En la primera mitad de este año se contabilizaron más de 40 mil niños y adolescentes, y la mitad de estos tenían menos de cinco años.

Por este lugar han cruzado personas de al menos 50 países, pero el 25 por ciento de ellos son menores de edad.

Todos se exponen a pasar hambre, a morir ahogados en los ríos, a los animales salvajes y a los robos y abusos por parte de personas inescrupulosas que aprovechan esta triste realidad.

El servicio de aduanas y protección de fronteras de estados unidos registró en el primer semestre de este año 83.000 menores, mientras que en el 2021 fueron 149.000 y 155.000 en el  2022.

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